¿FOTOGRAFÍA?

por | 14/06/2019

La historia es apasionante. Cuando parece que conocemos el pasado, nueva información y nuevos datos nos invitan a revisar nuestras propias creencias.

Siempre he pensado que el término FOTOGRAFÍA fue acuñado por Sir John Hershel en una carta escrita el 28 de febrero de 1839. Sin embargo, hace un mes, vi la palabra escrita en un documento de Hercule Florence y fechado el 11 de agosto de 1837.

Desconocía que la palabra FOTOGRAFÍA aparece escrita dos años antes de que Sir John Hershel la mencionara. Y me pregunto, ¿Fue Hercule Florence quien inventó dicho término, y por lo tanto, la Fotografía? ¿Era una palabra de uso general en la época? ¿Por qué los que consideramos inventores de la Fotografía utilizaron términos distintos para referirse a sus inventos?

Niepce lo llamó Heliografía (escrito con el sol); Daguerre lo llamó Daguerrotipia vinculando su propio nombre con los conceptos de imprenta (tipos, moldes); Talbot lo llamó Calotipia o Calitipia, relacionando asimismo el concepto de imprenta, pero bajo la idea de kalós (bello).

 

 

 

 

 

 

 

 

Resulta difícil entender las motivaciones para nombrar cada invento. Lo que sí parece claro es que, en aquel momento, nadie podía prever la trascendencia que nos ha supuesto tener la capacidad de recoger, mediante sistemas mecánicos, imágenes tomadas directamente de la naturaleza.

Hoy en día, más que nunca, la Fotografía está en todas partes. Y la tenemos tan integrada que usamos las fotografías sin apenas darnos cuenta de su influencia para el desarrollo de nuestra sociedad. Y, casi 200 años después, seguimos intentando comprender qué es, qué significa y cómo podemos definirla en este, ya avanzado, siglo XXI.

Desde su nacimiento, esta capacidad de crear imágenes fijas ha ido evolucionando, mejorando y ampliando su campo de actuación hasta alcanzar todos los ámbitos de conocimiento del ser humano. Además, es curioso observar la capacidad que tiene para transmitir y comunicar tanto las sensibilidades más subjetivas como la precisión requerida por el mundo científico.

En está misma línea, la idea de alfabetización visual se apoya, entre otros criterios, en esta alta capacidad de comunicación de la Fotografía para ampliar nuestro intelecto. Este concepto ha sido desarrollado por multitud de autores/as, sobre todo desde el último tercio del siglo XX.

Por otra parte, a nivel cognitivo, observar las imágenes creadas por estos registros mecánicos de intensidades de luz en un momento determinado, activa nuestro subconsciente de tal manera que su poder de evocación transciende lo representado en la imagen.

Por todo esto, la Fotografía se ha convertido en una manera de comunicar a través de un lenguaje visual propio, basado necesariamente en que lo representado en la imagen existió en un momento concreto.

Y esto es así, porque para decir que una imagen es una fotografía, la escena representada, ineludiblemente, ha tenido que existir en el momento de la creación de dicha imagen.

 

Este lenguaje visual, que transciende la evolución tecnológica, se apoya en la selección del punto de vista, los ajustes ópticos y el procesado para definir las sensaciones que matizan el mensaje.

Pero es que, además, es un lenguaje universal que no necesita traducción para que cualquier persona en cualquier parte del mundo pueda interpretar el mensaje. A esto se suma, como ya he mencionado, el poder de evocación que sentimos al observar una imagen y tener la certeza de que la escena que estamos viendo existió.

Por eso me pregunto cómo podríamos definir hoy en día FOTOGRAFÍA.

En los diccionarios su significado ha ido cambiando y no necesitamos irnos muy lejos para comprobarlo.

Hace unos diez años la RAE la definía como “el arte de fijar y reproducir por medio de reacciones químicas, en superficies convenientemente preparadas, las imágenes recogidas en el fondo de una cámara obscura”.

Actualmente podemos leer “Procedimiento o técnica que permite obtener imágenes fijas de la realidad mediante la acción de la luz sobre una superficie sensible o sobre un sensor”. Incluye otras acepciones enfocadas a la manera de aplicar el término. La última me llama la atención: “Representación o descripción de gran exactitud”.

Está claro que son definiciones muy distintas. Sin embargo, tanto la definición de hace diez años como la actual, parecen simplificar mucho el alcance actual del término.

Las dos definiciones pretenden explicar la Fotografía observando sólo los aspectos técnicos. De esta manera, su capacidad comunicativa queda reducida, incluso diría que eliminada. Pero, si no le otorgamos dicha capacidad, ¿cómo podemos explicar su utilización masiva para compartir ideas y pensamientos en cualquier parte y lugar?

En la primera definición se le otorga la idea de “arte” con la intención de abarcar de forma somera esos aspectos comunicativos. Sin embargo, en menos de diez años, se convierte en un mero “procedimiento o técnica”, como quien usa herramientas para fabricar enseres.

Incluso aceptando que la podemos definir prescindiendo de todo alcance comunicativo, las dos definiciones reducen a tal nivel la descripción que pierden su consistencia.

 

En la primera se indica que no hay fotografía sin cámara, pero sí hay. Además, se obvia todo lo que representa la tecnología digital.

Con la segunda se ha pretendido acercar la definición a la realidad tecnológica actual, pero deja muchas dudas técnicas; ¿sólo la luz influye?, ¿el procesado de la imagen, mencionado en la primera definición como reacciones químicas, no existe?, ¿Acaso un sensor no es una superficie sensible?

El Focal Dictionary of Photographic Technologies toma una perspectiva parecida ya que dice: “Fotografía es cualquier sistema para convertir en una forma más o menos permanente y visible las imágenes producidas en soportes por la acción de la radiación ultravioleta, visible o infrarroja”.

Esta definición también elude toda connotación relativa a la comunicación visual. Pero es que además, tal y como está expresado, deja la puerta abierta para llamar fotografía a las marcas producidas por el sol en la piel.

Sea como fuere, está claro que definir hoy en día FOTOGRAFÍA en base a la tecnología que posibilita su creación no concreta la realidad socio-cultural que abarca.

Por otra parte, cuando se aplica como sinónimo de exactitud en la representación resulta una metáfora demasiado exagerada. No, la Fotografía no es sinónimo de exactitud. Existen multitud de ejemplos que lo demuestran.

 

Si eliminamos el color, que es una parte importante de la representación de la realidad, ya estamos perdiendo exactitud. Entonces ¿qué son las fotografías en blanco y negro?

Y qué pasa con la corriente Pictorialista donde el énfasis se coloca en el efecto plástico de la imagen. Y con el sistema de zonas, quintaesencia de la manipulación y transformación de la representación tonal de las fotografías… ¿es que no son fotografías? Que se lo digan a Ansel Adams.

Para poder entender esta metáfora utilizada en el lenguaje hablado es necesario fijarse, como ya he dicho, en un hecho propio, intrínseco y exclusivo de la Fotografía: lo representado en la imagen necesariamente ha existido un momento concreto.

Esta afirmación es tan contundente que se proyecta directamente sobre nuestro subconsciente y en vez de vincularla con un hecho en un momento determinado le otorgamos valor de exactitud.

No, la fotografía no es una representación exacta; es una representación directa de un hecho o de una escena en un momento preciso.

Esto es aplicable incluso a las fotografías abstractas, los fotomontajes o cualquier tipo de fotografía manipulada. Por supuesto, no entro a valorar el impacto de esas transformaciones para mostrar imágenes que no coinciden con la realidad, aunque muchas de estas imágenes nos puedan parecer muy exactas.

Lo que nos interesa es definir el término, y su etimología griega (photos-graphos: escribir por medio de la luz) también se queda muy corta.

Para ampliar el abanico de la definición podemos observar las ideas de personas influyentes. Así, por ejemplo, Fontcuberta decía: “La fotografía es puramente un sistema de crear imágenes que registran con una fidelidad variable lo que puede ser visto a través de un marco rectangular, desde un punto de vista dado en un momento determinado”.

Dicho de otra manera y en palabras de Pablo Juliá, exdirector del Centro Andaluz de la Fotografía, “La fotografía es el arte subjetivo de mirar el mundo a través de un rectángulo, y detener el tiempo”.

Este punto de vista incide en el sentido subjetivo y selectivo del ACTO de fotografiar.

Pero se pueden crear imágenes vistas a través de un marco rectangular mediante un lápiz; el ejemplo más directo es el uso generalizado de la cámara obscura desde el renacimiento para el dibujo y la pintura. Además, el marco puede ser rectangular, o no. Las primeras cámaras Kodak utilizaban un marco redondo.

En cualquier caso, Foncuberta y Juliá coinciden con Cartier-Bresson en la idea del “instante decisivo”, ya que según él “Los fotógrafos tenemos que enfrentarnos a cosas que están en continuo trance de esfumarse y cuando se han esfumado no hay nada en este mundo que las haga volver”.

Esta idea es muy interesante ya que en fotografía la elección del momento determina la necesidad de existencia de lo representado.

Sea como fuere, está claro que es difícil definir FOTOGRAFÍA si sólo tenemos en cuenta la idea de fotografiar. Creo que limitar su significado al momento en que se hace una fotografía acorta mucho su verdadero alcance.

En otra línea distinta, Ian y Angela Moor conservadores-restauradores dicen que: “La fotografía es la imagen imperfecta” ya que la luz, la humedad y la temperatura activan reacciones físico-químicas, tanto para crear como para deteriorar las fotografías.

Esta definición, aunque no deja de ser cierta, sólo explica la parte material y limita la definición dejando fuera aspectos conceptuales, filosóficos y comunicativos.

Pero no son los únicos que la definen desde la perspectiva de la materialidad del objeto.

En los tesauros del patrimonio cultural de España, dependientes del Ministerio de Cultura, encontramos que fotografía es: “Instantánea conseguida mediante el proceso o arte de producir imágenes duraderas visibles, obtenidas directa o indirectamente por la acción de la luz u otra forma de energía sobre un soporte fotosensible: papel, placas o películas recubiertas previamente de sustancias sensibles a la misma…”

La definición tiene dos partes, y en la segunda explica la estructura física de una fotografía. Esta segunda parte no parece relevante dentro de este análisis.

En cualquier caso, esta definición sólo intenta explicar la parte material de una fotografía. La primera palabra es clave: “instantánea”. Pero a partir de ahí todo es muy extraño: “proceso o arte” ¿qué es, una mera técnica o algo más profundo?; “directa o indirectamente por la acción de la luz u otra forma de energía”… ¿indirectamente?… ¿otra forma de energía?… No hay manera de entender nada.

En fin, corramos un tupido velo.

Sea como fuere, definir FOTOGRAFÍA sólo en base a la materialidad del objeto producido sería algo así como restringir la definición de literatura y relacionarla sólo con la idea de libro.

Podríamos seguir buscando referencias, pero creo que se pueden concretar algunas ideas.

En este análisis se ve claramente que el mismo término es utilizado tanto para designar un tipo de tecnología, como para explicar una acción o denominar un objeto.

Dicho de otra manera, unas veces queremos definir la “tecnología fotográfica” y utilizamos el término fotografía; otras veces nos referimos al verbo “fotografiar” y usamos la misma palabra; y en otras ocasiones designamos un “objeto” bajo el mismo vocablo.

Tecnología Fotográfica. Fotografiar. Una Fotografía.

Pero, ¿dónde está la Fotografía en su totalidad? ¿Por qué no somos capaces de definirla en relación a su capacidad de comunicación como lenguaje visual? ¿Qué nos impide reconocer el alcance que tiene para nuestra sociedad en este siglo XXI?

Obviamente, no soy, ni mucho menos, el único que opina así. El propio Joan Foncuberta en una entrevista en 2015 afirma que la Fotografía es un lenguaje. Otro fotógrafo español, Santi Xander explica la misma idea con otras palabras en un video de 2017.

Y desde la perspectiva internacional, Minor White, fundador de la revista Aperture, expresa la universalidad de la Fotografía como lenguaje. En esa misma línea, el fotógrafo francés Bruno Barbey hace hincapié en dicha universalidad. Pero es que además, el British Journal of Photography en un articulo de 2016 nos muestra cómo esta idea llega incluso a ser el hilo conductor de una exposición de Alec Scott, titulada “Photography is a language.”

Supongo que cada persona encontrará su propia respuesta. Esta claro que cuando hablamos de fotografía intentamos acercar su definición a nuestra propia experiencia.

Sea como fuere, mi propuesta es:

“Fotografía es un lenguaje visual, propio y universal, cuyo poder de comunicación se fundamenta en que lo representado necesariamente ha existido, y toma la forma de imágenes fijas creadas mediante el procesado que reproduce tonalidades de luz registradas, principalmente, por sistemas ópticos.”

Espero que estéis de acuerdo, y si tenéis alguna sugerencia siempre será bienvenida.

Pablo Ruiz, 2015. Paisaje, Cuenca.

 

 

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